
Lamentablemente cada vez siento más profundamente en mi ser que muchos de nuestros mayores son grandes aprendices de una mal entendida supervivencia. Sobrevivieron a duros años de transición, a duros años de desacuerdos entre sindicatos y partidos hermanos, a duros tiempos de oposición y lo harán a una crisis centenaria que ni siquiera combatirán. Sobrevivieron y trabajaron arduamente por los ideales que defienden como a su propia vida. Hasta aquí bien, pero lamentablemente cada vez siento más profundamente en mi ser que muchos compañeros están confundiendo los ideales que defienden como a su propia vida, con defender su propia vida bajo la coartada de sus ideales.
Tal vez en esto los jóvenes os llevamos ventaja: nos apuñalamos y peleamos desde la sincera rivalidad de aquellos que consideran que el que tienen al lado (pero en frente) está prostituyendo las siglas por las que muchos pelean. Sin duda tenéis razón al decirnos que no sabemos actuar con guantes de seda. Pero lo que no parecéis entender es que no queremos/necesitamos hacerlo, nosotros pecho al descubierto y espadón en mano, libramos las batallas a vida o muerte porque es difícil transaccional con aquel de quien no te fías y a quien aborreces (¿por qué vosotros no lo entendéis?). Puede que estemos equivocados pero creemos que un barco con dos tripulaciones tirando a la vez al norte y al sur solo puede acabar hundido en una fosa abismal.
Como jóvenes treintañeros nunca hemos sentido la necesidad de pactar so pena de morir. Eso por desgracia lo habéis tenido que sufrir vosotros (y nunca se os lo agradecerá suficientemente). Sufrimiento vuestro que nos permite a nosotros elegir entre blanco y negro, porque ahora no esta en juego la mera posibilidad de elegir sino “solo” tomar partido. Antes teníais que moveros despacio para que “el sistema” no se os desvaneciese bajo los pies, pero ahora pisamos con firmeza en un estado democrático donde vuestra tardanza se convierte cada día en un serio obstáculo para el progreso.
Hipócrita y bastardo sería no reconoceros el trabajo prestado, pero cobarde y egoísta sería manteneros en estructuras de poder arcaicas y carentes de otros objetivos que no vayan más allá de perdurarse en el cargo o poner en el sillón a otro ad-latere que asegure vuestra jubilación.
Por favor desmentírmelo, hacedme callar, dadme argumentos para pensar que aquellos que han de dirigirnos son auténticos líderes y no la sombra del luchador que otrora fueron. Pero por favor, también os pido que no invoquéis el sacrificio de la lucha en vuestro argumentario, porque el modus vivendi de muchos pasa hoy necesariamente por las asignaciones recibidas como contrapartida por ese “sacrificio”. Pagados estáis, mártires no sois.
Un alto cargo nos dijo hace meses algo así como que la fuerza y el empuje de los jóvenes era muy necesario pero que aprendiésemos de la experiencia de nuestros mayores porque aún no era el momento de tomar los palacios de invierno. La clave tal vez esté en este último punto: compañeros no queremos tomar los palacios de invierno, queremos arrasarlos.
Rindo homenaje a los años de lucha pero me niego a reconocerlos como único aval para seguir en el cargo orgánico. Obstaculizáis un necesario cambio tranquilo asegurando la persistencia de un modo de actuar que en fondo no compartís, y esto es lo más grave: sabéis que actuáis mal pero la sin razón de quien actúa cegado por una huída hacia delante os hace convenceros de que lo hacéis por un bien mayor que lo justifica todo.
Os aseguro que no ser capaz de distinguir entre incompetencia o inapetencia ha llegado a hartarme. Tal vea sea momento de jugar al ajedrez y evitar celadas.
Salud
3 comentaris:
Con tu entrada y la canción de medina azahara de fondo siento la necesidad de levantar la cabeza bien alto y mirar al frente sin miedo, con la seguridad que te da el saber a ciencia cierta, que como joven tengo mucho que ofrecer, pidiendo con cierto grado de exigencia, una oportunidad, porque somos el presente y el futuro, porque de nosotros dependerá lo que está por venir, porque la experiencia es un grado, pero ese grado se adquiere trabajando, porque ese trabajo tendría que ser mi deber pero también mi derecho. Como dirían en el anuncio... porque yo lo valgo, porque puedo hacerlo... Mundo, prepárate, porque aunque me lo pongas muy difícil, allá voy!
Un beso grandote a mi demagogo preferido, jejeje!
Oscar: reconec en tu un lluitador, però des de la meva Barcelona ocupada des de fa quasi 300 anys, la desesperança em pren el cor. El gran gruix dels companys i companyes viuen en una cómoda i conformista supervivència. La lluita es acabada i ells, els poderosos, l'han guanyat; el poble és mort, el futur acabat, només ens queda el recurs d'engrosir la resistència.
Lluís Parera
Resistent marika català.
Membre del equip d'en J.V.M. a Justícia
Encara no puc respondre en català, però poc a poc segueixo aprendent.
Ni han vencido ni vencerán. Vivimos inmersos en una batalla tan vieja como la propia humanidad: la explotación del mas fuerte, la primacía de nuestros instintos animales de dominación.
Algunos como bien dices viven más felizmente mirando hacia otro lado y en tiempos de crisis el egoísmo es lo que prima, pero no es menos cierto que nunca como ahora hemos tenido tantos medios a nuestro alcance para organizarnos y plantar batalla (y de esto los catalanes sois buen ejemplo).
Una generación de activistas mundialmente interconectados en la red y capaces de buscar noticias más alla de los informativos "maquillados" y periodicos de empresa. Y por ello más libres y dificiles de dominar.
Gentes que nunca como hoy, participan de partidos, sindicatos, asociaciones, ong´s... buscando como locos un referente de cambio y no aceptando líderes por el mero cargo que ocupan sino exigiendoles más y más.
Ciudadanos que no entienden porque a los bancos se les presta su dinero público a 5 años sin interés mientras ellos no
pueden pagar la hipoteca. O porque baja el petroleo pero no los billetes de avión o gasolina. Conclusión: esto no funciona.
No han ganado, cada día pierden, solo hace falta que nos demos cuenta y retomemos conciencia de nuestro poder. Retomemos la conciencia de clase adormilada por nefastas politicas de izquierdas de viejos burócratas apoltronados.
Una abraçada
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