dilluns, 18 d’agost del 2008

Lecturas estivales (IV)

En estos tiempos del lenguaje políticamente correcto donde uno se pude jugar el puesto por no escribir como un gilipollas utilizando @ y os/as, retomar la obra de un misógino declarado que se meo en la cara de la mitad de sus conciudadanos casi podría parecer un delito.

Me refiero a Henry Miller y a la obra "Trópico de Cáncer". Cada coma de este libro, cada frase, parece una puñalada a la sociedad que le tocó vivir; un texto en la que la dureza de las palabras puede hacerte sentir incluso la frialdad del metal abriéndose paso entre la víctima a la que despelleja.

Es la obra de un genio hastiado por la mediocridad norteamericana y la decadencia europea, de que la sirvan de ejemplo estas líneas:

"¡Dios! ¿en qué me he convertido? ¿qué derecho tenéis, todos vosotros, a entorpecer mi vida, a robarme el tiempo, a explorar mi vida, a chupar mis pensamientos, a considerarme vuestro compañero, confidente y oficina de información? ¿por quién me tomais? ¿acaso soy un animador a sueldo, a quien exigen cada mañana que represente una farsa intelectual ante vuestras estúpidas narices? ¿Es que soy un esclavo, comprado y pagada, para arrastrar el vientre por el suelo ante vosotros, holgazanes, y poner a vuestros pies todo lo que hago y todo lo que sé? ¿soy acaso una prostituta en un burdel que ha de levantarse las faldas o quitarse la camisa a petición del primer hombre vestido con traje a medida que se presente?

Soy un hombre que desearía vivir una vida heroica, hacer el mundo más soportable a su vista. Si, en algún momento de debilidad, de relajación, de necesidad, me desahogo dejando escapar un poco de cólera ardiente cristalizada en palabras (un sueño apasionado, envuelto y atado con imágenes), pues ... tomadlo o dejadlo... ¡pero no me molesteis!

Soy un hombre libre... y necesito mi libertad. Necesito estar solo. Necesito meditar sobre mi vergüenza y mi desesperación en soledad; necesito el sol y los adoquines de las calles sin compañía, sin conversación, cara a cara conmigo mismo, con la compañía exclusiva de la música de mi corazón. ¿Qué quereis de mi? Cuando tengo algo que decir, lo publico. Cuando tengo algo que dar, lo doy. ¡Vuestra inquisitiva curiosidad me revuelve el estómago! ¡Vuestros cumplidos me humillan! ¡Vuestro té me envenena! No debo nada a nadie. Sólo sería responsable ante Dios... ¡Si existiera!"


Para aquellos que rechazamos el servilismo judeo-cristiano en el que nos educan, obras como las de Miller o Herman Hesse son un regocijo mental, un oasis entre la mediocridad de la falsa modestia.

No olvidemos que cambiar el mundo de base, no suponde derribar solo una estructura económica sino toda su fundamentación y excusa montada en leyendas, mitos, deidades y roles sociales preestablecidos de tal manera que su quebranto parece un ataque directo a toda la sociedad. Y es que en el fondo lo sería, ¿os imaginais acaso un Presidente del Gobierno que en el primer mitin de campaña diga que no cree en Dios?

Seamos libres, atrevámonos a Ser.

divendres, 15 d’agost del 2008

Lecturas estivales (III)

Hace unas cuantas semanas las organizaciones sindicales y movimientos sociales de izquierdas de media europa ponían/mos el grito en el cielo por la aprobación de la directiva que facultaba y daba cobertura legal europea a una jornada laboral de 65 horas.

Por desgracia los argumentos que se empleaban para su crítica no dejaban de ser, cuanto menos, pueriles. Durante este tiempo ha faltado mucha labor doctrinal y docente entre las capas menos avanzadas de los trabajadores y que de realizarse, sin duda, propiciarían una mayor contundencia y agitación social que antes o después desembocaría en la primera gran Huelga General de los países europeos.

Información + Agitación + Organización de la movilización = triunfo de la Huelga


La carencia de uno solo de estos sumandos o su aplicación en un orden diferente supone el fracaso de la huelga.
Uno de los motivos oficialistas para no profundizar en la explicación pasa por el craso error de considerar que los trabajadores no tienen tiempo para escuchar en una asamblea de una hora el por que de las cosas. Se dice que vivimos en una sociedad de la inmediatez donde lo que se salga de una consigna publicitaria ya no tiene sentido.

Falso! Ese es el analfabetismo que se nos inculca pero que en cada crisis socio-laboral es desmentida por los propios compañeros. Valga de ejemplo mi propio caso en el sector de Justicia: nunca tanto ni tan bien quisieron estar informados los trabajadores como cuando empezaron a recibir "toda" la información durante la huelga indefinida de Feb-Mar 08. ¡Ojo! un exceso de información acaba generando falsas noticias y por ello es esencial establecer unos cauces de información sindicato-afiliados adecuados, permanentes y operativos (pero esto es ya teoría de Organización y excede esta entrada).

Si esta ausencia de voluntad por saber de la que gratuitamente se acusa a millones de ciudadanos es la versión oficialista para no realizar campañas de información sobre las 65h, no menos relevante es un motivo de fondo que no se nos puede pasar por alto a poco que recapacitemos: ¿en base a que argumentario criticarían los grandes líderes sindicales este aumento de jornada? ¿en qué se sustentaría para defender su radicalismo en contra?

La única respuesta honrada a la que pueden llegar nuestros compañeros de la Dirección es asumir que en el fondo de sus planteamentos está, ha estado y estará el Socialismo, y que la lucha que ahora mantenemos es la misma que tuvieron nuestros antecesores hace cientos de años y que tras largos y en ocasiones fraticidas debates (la división de la izquierda de hoy no es tampoco nada nuevo), les permitió llegar a conclusiones aplicables a nuestros días y que les otorgaban una fuerza teórica que unir a la superioridad física de millones de trabajadores frente a miles de patronos.

Estaba claro que teoría y praxis tenían que ir de la mano. Tal vez sea momento de desempolvar viejos volúmenes y empezar a releerlos (al menos entre aquellos dirigentes sindicales llamados a movilizar a miles de trabajadores). Supongo que sobra decir que tales lecturas no lo son de textos sagrados, sino de meros puntos de apoyo a nuestros argumentarios, armas en nuestras manos sin las cuales muchos andan desnudos sin saber que dirección tomar.

A quien le interese la selección de hoy esta sacada de "El Capital", obra que no recomiendo ya que otros textos son mucho más sencillos y adecuados para un primer acercamiento, pero que tienes párrafos interesantes como el que sigue:


Limites de la Jornada de Trabajo

Hemos partido del supuesto de que la fuerza de trabajo se compra y vende en su valor. Este valor, como el de toda mercancía, está determinado por el tiempo de trabajo necesario para su producción.

Habiendo comprado el capitalista la fuerza del trabajo en su valor diario, ha adquirido, por consiguiente, el derecho de hacer trabajar al obrero durante todo un día. Pero ¿qué es un día de trabajo?.

La jornada de trabajo varía entre límites que imponen, por una parte, la sociedad, y por otra, la naturaleza. Hay un mínimo,que es la parte de lajornada en que el obrero debe trabajar necesariamente para su propia conservación; en una palabra, el tiempo de trabajo necesari, hasta el cual no consiente descender nuestra organización social, sustentada en el sistema de producción capitalista. En efecto, descansando este sistema de roducción en la formación de plusvalía exige cierta cantidad de sobretrabajo. Hay también un maximum que los límites físicos de la fuerza de trabajo -el tiempo forzosamente consagrado cada día por el trabajador a dormir, a comer, etc- que la naturaleza no permiten rebasar.

Estos límites son por sí mismos muy elásticos. De todos modos, un día de trabajo es menor que un día natural. ¿En cuánto? Una de sus partes está bien determinada, por el tiempo de trabajo necesario; pero su magnitud total varía con arreglo a la magnitud del sobretrabajo.

Cada comprador procura sacar del empleo de la mercancía comprada el mayor partido posible, y en este mismo sentido obra el capitalista comprador de la fuerza del trabajo, que tiene un móvil único: acrecentr su capital, crear plusvalía, absorber todo el sobretrabajo posible.

Por su parte, el trabajador aspira, con razón a no gastar su fuerza de trabajo sino en los límites compatibles con su duración natural y su desarrollo normal. Sólo quisiera gastar cada día la fuerza cuyo gasto no perjudique a su cuerpo. Hay pues, derecho contra derecho, ambos igualmente sustentados en la ley que regula el cambio de mercancías. ¿Quién decide entre dos derechos iguales? La fuerza. He aquí por qué la reglamentación de la jornada de trabajo se presenta en la historia de la producción capitalista como una lucha entre la clase capitalista y la obrera."


El problema es que muchos niegan que seamos una clase social. Lamentablemente mientras no seamos capaces de reconocer que las 65h son simplemente un ataque a nuestra propia existencia, un órdago a favor de la explotación de los trabajadores, poco podremos hacer.

Lamentablemente también, la Historia se muestra tozuda y repetitiva, y nos ha enseñado que cuando no hacemos frente con fuerza y contundencia a tales ataques, pronto otros más graves caerán sobre nuestras cabezas.
Retomando esta "vieja" lectura me asalta una duda: ¿no teneis la sensación de que aquellos encargados de guiarnos, desde hace décadas lo único que escriben son panfletos publicitarios y cartas de bienvenida? ¿No deberíamos exigir a nuestros líderes un poco más de liderazgo? Sino, ¿por qué son Secretarios Generales?

dijous, 14 d’agost del 2008

Lecturas estivales (II)

CAPÍTULO XXII
DE LOS MINISTROS O SECRETARIOS DE LOS PRÍNCIPES

No es cosa de poca importancia para los príncipes la buena elección de sus ministros, los cuales buenos o malos, según la prudencia usada en dicha elección. El primer juicio que formamos sobre un príncipe y sobre sus dotes espirituales, no es más que una conjetura, pero lleva siempre por base la reputación de los hombres de que se rodea. Si manifiestan suficiente capacidad y se muestran fieles al príncipe tendremos a éste por prudente puesto que supo conocerlos bien, y mantenerlos adictos a su persona. Si, por el contrario, reúnen condiciones opuestas, formaremos sobre él un juicio poco favorable, por haber comenzado su reinado con una grave falta, escogiéndolos así.

No hubo nadie que, viendo a Venafío nombrado consejero de Petruci, príncipe de Siena, no estimara que el último fue un hombre prudente en alto grado, por el mero hecho de haber tomado al primero por ministro. Pero es necesario saber que, hay entre los príncipes, como entre los demás hombres, tres especies de cerebros:
  • Los primeros piensan y obran por sí y ante sí;
  • los segundos, poco aptos para inventar, poseen sagacidad selectiva en atenerse a lo que les proponen otros;
  • los terceros no conciben nada por sí mismos, ni nada tampoco sacan en limpio de ajenos discursos.

Los primeros son ingenios superiores; los segundos son talentos estimables; los terceros son como si no existiesen.

Si Petruci no era de la primera especie, perteneció, indudablemente, a la segunda. Cuando un príncipe, carente de originalidad creadora, posee inteligencia suficiente para discernir con mesura juiciosa lo que se dice y lo que se hace, conoce las buenas y malas operaciones de sus consejeros, para apoyar las primeras y corregir las segundas, y no pudiendo sus ministros abrigar esperanzas de engañarle, se le conservan íntegros, discretos y sumisos. Pero ¿cómo alcanzar tan sabia prudencia y tan loable discernimiento? He aquí un recurso que no induce jamás a error.
Cuando el príncipe vea a sus ministros pensar en ellos más que en él, y regirse en todas sus acciones por afán de provecho personal, quede persuadido de que tales hombres jamás le servirán bien. No podrá estar seguro de su actuación ni un momento, porque faltan a la primera de las máximas morales de su condición. Esta máxima es que los que manejan los negocios de un Estado no deben nunca pensar en si mismos, sino en el príncipe, ni recordarle nunca nada que no se refiera a los intereses de su reinado.
Pero también, por otra parte, el príncipe, a fin de no perder a sus ministros buenos y de generosas disposiciones, debe pensar en ellos, revestirles de honores, enriquecerlos, y atraérselos por la gratitud, con las dignidades y los cargos que les confiera. Los honoríficos grados y las pingües riquezas que les conceda, colman los deseos de su ambición, y los importantes puestos de que les haya provisto les hacen temer que el príncipe caiga, o sea suplantado, porque saben perfectamente que sólo con él los conservarán. Si príncipe y ministro se conducen así recíprocamente, la confianza será no menos mutua. Pero, si no se portan de tal modo, uno y otro acabarán mal.
"El príncipe" de Maquiavelo.

No es una obra que me guste así que no os aburriré subiendo más de sus textos, pero este en concreto me parece interesante pues sirve a las claras para tener siempre presente la necesidad de constituír adecuadamente un Gobierno, una Dirección del movimiento.

En tan pocas líneas no solo remarca la necesidad de una buena elección de compañeros de viaje sino también recalca que en todo momento deben perseguirse no los interés personales sino los del Reinado, aquellos que marcaron la toma del poder y a los que el líder consagra su actuar para conseguir sus supriores objetivos.

Por último, no olvida la miserable consideración humana y entiende que la grandeza del principe ha de serlo también para aquellos que lo rodean. Todos han de crecer al unísono o de lo contrario podría llegar a plantearse por los Ministros que su constante y sombrio trabajo no sirve a toda la ciudadanía y a la consecución de un lugar en la Historia, sino al mero y exclusivo enaltecimiento del principe). Véanse las declaraciones de Bono, presidente del Congreso, que sobre la tensión entre PSOE y PSC afirma de ZP que su poder de convocatoria es muy superior al de todos los líderes territoriales juntos. ¿De nuevo un hombre por encima de un partido, de una ciudadanía, de una nación?

Lecturas estivales (I)

Desde el pasado viernes estoy de vacaciones, y digo "estoy" porque creo que literalmente mi cuerpo se ha puesto en "stand by", desconectado sus sensores y se limita a mantener operativo los sistemas vitales esenciales.

Me levanto a las 12 del mediodia, como algo, descanso en el sofa entre algun libro y algo de publicidad (diría programa televisivo pero cada vez tengo menos claro si los canales son teletiendas encubiertas o emisoras), un paseito por la tarde y vuelta a empezar. Vamos que en Septiembre gimnasio, "reorganización alimenticia" y estres post-vacacional. Eso sí, este finde haré una pausa en el descanso y me tiraré 3 días con sus 24 horas de fiesta en San Xenxo con 3 grandes amigos.

En esta cultura del "no hacer ná", a lo más productivo que llego es a ojear parte de esos libros que se apilan en las estanterías de mi vieja habitación coruñesa y darme cuenta una vez más de que en esto de la política todo está escrito: la diferencia se marca en como sepamos leer los párrafos que la vida va dictando y anticiparnos a sus consecuencias.

Releyendo alguna de estas páginas he encontrado letras que de aplicarlas a realidades presentes (en la vida social, política y sindical) podrían ser irónicamente divertidas y que os iré dejando por este blog.

Aviso a naveganes: esta vez sí tienen doble intención y sí son para tocar los .... El que avisa no es traidor.



CAPÍTULO V
DE QUÉ MANERA DEBEN GOBERNARSE LOS ESTADOS QUE, ANTES DE OCUPADOS POR UN NUEVO PRÍNCIPE, SE REGÍAN POR LEYES PROPIAS

Cuando el príncipe quiere conservar aquellos Estados que estaban habituados a vivir con su legislación propia y en régimen de república, es preciso que abrace una de estas tres resoluciones:
  • o arruinarlos,
  • o ir a vivir en ellos,
  • o dejar al pueblo con su código tradicional, obligándole a pagarle una contribución anual y creando en el país un tribunal de corto número de miembros, que cuide de consolidar allí su poder. Al establecer este consejo consultivo, el príncipe, sabiendo que no puede subsistir sin su amistad y sin su dominación, tiene el mayor interés de fomentar su autoridad.

Una ciudad acostumbrada a vivir libremente y que el príncipe quiere conservar, se contiene mucho más fácilmente por medio del influjo directo de sus propios ciudadanos que de cualquier otro modo, como los espartanos y los romanos nos lo probaron con su ejemplo. Sin embargo, los espartanos, que poseyeron a Atenas y a Tebas mediante un consejo de un corto número de ciudadanos, acabaron perdiéndolas, y los romanos, que para poseer a Capua, a Cartago y a Numancia, las desorganizaron, no las perdieron. Cuando quisieron retener a Grecia, como la habían retenido los espartanos dejándola libre con sus leyes, no les salió acertada esta operación, y se vieron obligados a desorganizar muchas de sus ciudades para guardarla. Hablando con verdad, el arbitrio más seguro para conservar semejantes Estados es el de arruinarlos.

El que se hace señor de una ciudad acostumbrada a vivir libremente, y no descompone su régimen político, debe contar con ser derrocado por ella, a la postre. Para justificar tal ciudad su rebelión invocará su libertad y sus antiguas leyes, cuyo hábito no podrán hacerle perder nunca el tiempo y los beneficios del conquistador. Por más que éste se esfuerce, y aunque practique un expediente de previsión, si no se desunen y se dispersan sus habitantes, no olvidará nunca el nombre de aquella antigua libertad, ni sus particulares estatutos, y hasta recurrirá a ellos en la primera ocasión, como lo hizo Pisa, a pesar de haber estado toda una centuria bajo la dominación de los florentinos.

Pero cuando las ciudades o provincias se hallan avezadas a vivir en la obediencia a un príncipe, como, por una parte, conservan dicha obediencia y, por otra, carecen de su antiguo señor, no concuerdan los ciudadanos entre si para elegir otro nuevo, y, no sabiendo vivir libres, son más tardos en tomar las armas, por lo cual cabe conquistarlos con más facilidad y asegurar su posesión.

En las repúblicas, por el contrario, hay más valor, mayor disposición de ánimo contra el conquistador que luego se hace príncipe, y más deseo de vengarse de él. Como no se pierde, en su ambiente, la memoria de la antigua libertad, antes le sobrevive más activamente cada día, el más cuerdo partido consiste en disolverlas, o en ir a habitar en ellas.

Escrito por Nicolas Maquiavelo, obra "El principe". Bueno, esta vez ni voy a opinar, solo decir que no fue escrito en Marzo del 08 sino en 1513.

Bueno, venga, vale, sí diré algo: Las organizaciones llamadas a ser las más revolucionarias parecen actuar internamente bajo los postulados más tradicionales.

dimecres, 6 d’agost del 2008

Reformas Procesales

Uno de los principales escollos técnicos para la implatación de la reforma organizativa de la Administración de Justicia era la aprobación de las normas reguladoras del proceso judicial.


Impedimento que parece ya salvado debido al Gran Pacto para la renovación de la Justicia firmado por PSOE y PP (que no se ha hecho público). La política de bloqueo sistemático mantenido hasta hace poco por los populares para no perder las mayorías derechistas en TS y TC, se ha venido abajo por un imponderable que les ha hecho tener que dar su brazo a torcer: la muerte de los miembros más conservadores del CGPJ y altos órganos judiciales.

Es este nuevo clima se ha aprobado ya el Anteproyecto de reforma de las leyes procesales que pivota de un modo evidente sobre un refortalecimiento absoluto de las funciones del secretario judicial. Veáse por ejemplo su capacidad de finalizar el proceso por satisfacción extraprocesal, su analisis procesal previo de las demandas o el dominio absoluto de las ejecuciones y conciliaciones.

Pero junto a este eje central se introducen no pocos cambios que podrían pasarnos inadvertidos y que pueden suponer importantes modificaciones para el personal de Justicia.

En primer lugar, un duro palo para aquellos Gestores que pretendiesen auparse en más altas escalas de poder dentro de la carrera profesional de Justicia. Lo siento compañeros, pero sois los gran olvidados de estas reformas, los secretarios se lo han quedado todo. Eso sí, hay 2 temas a tener en cuenta en el ámbito de funciones:
  • el 178.3LEC podría pasar a recoger que "Los funcionarios del Cuerpo de Gestión Procesal y Administrativa darán a su vez cuenta al secretario judicial de la tramitación de los procedimientos, en particular cuando ésta exija una interpretación de ley o de normas procesales, sin perjuicio de informar al titular del órgano judicial cuando fueran requeridos para ello" en lugar de la regulación actual y que os recuerdo que dice: "siempre que sea necesario por el volumen de asuntos pendientes, el Secretario Judicial, previo consentimiento del Presidente o del Juez, podrá delegar la dación de cuenta en funcionario del tribunal o Juzgado"

Esto podría suponer, en interpretación conjunta con la cláusula de "análogas funciones" de la LOPJ, que un tramitador se niegue, por no ser función suya, a dar cuenta de un procedimiento cuya tramitación tenga encomendada.

Ojo, "dar cuenta" es un concepto jurídico diferente a explicar a un superior sobre lo que estamos haciendo. Esta última tiene una función meramente descriptiva y neutral (ej: estoy haciendo un oficio dirigido a Tráfico); mientras que la primera supone una intervención directa y valorativa de quien la realiza analizando globalmente el estado del proceso y aportando su valoración sobre la resolución más acorde que podría adoptarse.

  • el 140 LEC podría pasar a recoger que: "Los secretarios judiciales facilitarán a las partes interesadas y a cuantos manifiesten y acrediten un interés legítimo y directo, cuanta información soliciten sobre el estado de las actuaciones judiciales. También podrán pedir aquéllas, a su costa, la obtención de copias simples de escritos y documentos que consten en los autos, que serán expedidas por el funcionario del Cuerpo de Gestión Procesal y Administrativa, con conocimiento del secretario judicial "

Artículo que podrían dar un poco más de luz sobre el eterno tema de quien hace las fotocopias: parece más claro ahora que si la copia es para una parte o interesado tendría que hacerla el Gestor, si es para quedar en el expediente la cosa se complica más.

Pero estas 2 cuestiones se quedan en lo anecdótico si nos fijamos en los cambios que podrían avecinarse para el cuerpo de Auxilio Judicial debido a la capacidad de facultar a los procuradores para que se encargen de diligenciar los actos de comunicación debido a los cambios en los articulos 152, 161 y 163 de la LEC:

  • "Artículo 152. Forma de los actos de comunicación. Respuesta.
    1. Los actos de comunicación se realizarán bajo la dirección del secretario judicial, que será el esponsable de la adecuada organización del servicio. Tales actos se ejecutarán por:
    1.º Los funcionarios del Cuerpo de Auxilio Judicial.
    2.º El procurador de la parte que así lo solicite, a su costa.
    Se tendrán por válidamente realizados estos actos de comunicación cuando quede constancia suficiente de haber sido practicados en la persona o en el domicilio del destinatario
    A estos efectos, el procurador acreditará, bajo su responsabilidad, la identidad y condición del receptor del acto de comunicación, cuidando de que en la copia quede constancia de su firma y de la fecha en que se realice.
  • El artículo 161 se modifican: “La entrega se documentará por medio de diligencia que será firmada por el funcionario o, en su caso, el procurador que la efectúe y por la persona a quien se haga, cuyo nombre se hará constar”.
    “2. Cuando el destinatario de la comunicación sea hallado en el domicilio y se niegue a recibir la copia de la resolución o la cédula o no quiera firmar la diligencia acreditativa de la entrega, el funcionario o, en su caso, el procurador que asuma su práctica, le hará saber que la copia de la resolución o la cédula queda a su disposición en la Oficina judicial, produciéndose los efectos de la comunicación, de todo lo cual quedará constancia en la diligencia”.
    “5. Cuando los actos de comunicación hubieran sido realizados por el procurador, éste deberá acreditar la concurrencia de las circunstancias a las que se refieren los apartados anteriores, para lo que podrá auxiliarse de dos testigos o de cualquier otro medio idóneo."
  • El artículo 163: Servicio Común Procesal de Actos de Comunicación. En las poblaciones donde esté establecido, el Servicio Común Procesal de Actos de Comunicación practicará los actos de comunicación que hayan de realizarse por la Oficina judicial, excepto los que resulten encomendados al Procurador por haberlo solicitado así la parte a la que represente."

Es decir, que si no somos capaces de evitarlo (cosa que dudo), se habrá abierto la puerta para que los procuradores puedan realizar las funciones propias de un agente judicial en el ámbito de las notificaciones llegando incluso a acreditar la entrega por su mera firma. No olvidemos que a quien se le encomienda tal función no es a un funcionario público sino al representante de la parte contraria a quien debe ser citado, emplazado, notificado.

Pero al margen de las consecuencias jurídicas que ello podría tener, creo que más importante son sus consecuencias sindicales: dar entrada a procuradores pagados por las partes supone abrir las puertas a la privatización definitiva de los actos de comunicación. Con menos se empezó en CORREOS y ya sabemos como hemos acabado!!!

Afirmación que huye del tremendismo y se centra en el puro pragmatismo capitalista: ¿para qué ampliar plantillas en los Servicios comunes de notificación y pagar a trabajadores fijos cuando sus funciones pueden salirle gratis a la patronal? ¿Acaso los grandes despachos no preferirán agilizar sus procedimientos acortando en semanas la resolución de un pleito a cambio de una subida en sus minutas? ¿acaso no se defenderá que es más lógico que dichos gastos corran a cargo del interesado en el pleito y no en unas arcas públicas dañadas? ¿acaso no se dirá que es el sistema empleado en países de nuestro entorno, y ya se sabe lo que decía el comic "semos europeos makinavaja"?

Lo peor de esto es que nadie diga nada, luego todos a llorar porque se destruye empleo. Eso si, sacamos 100 circulares para ser los primeros en decir los destinos de un concurso de traslado que se hace público una semana después.

¡Benditas Prioridades!

Ayer soñé

Ayer soñé.

Ayer soñé despierto.

Ayer soñé con un compañero que enseñaba a leer al analfabeto.

Ayer soñé con un compañero que curaba al hijo de un obrero sin papeles.

Ayer soñé con un compañero que asesoraba a un desahuciado por el Banco.

Ayer soñé con un compañero que cambiaba los fusibles del coche de un currelas.

Ayer soñé con un compañero que explicaba a los trabajadores de una multinacional que es un ERE.

Ayer soñé con un compañero que acogió en su casa al que llega para dar una Asamblea de trabajadores.

Ayer soñé con un grupo de compañeros reunidos en la Casa del Pueblo hasta encontrar soluciones a los ataques de la patronal contra los trabajadores.

Ayer soñé que todo esto se hacía gratuitamente, por principios, y no por una plusvalía.

Ayer soñé con las manos de mi abuelo.

Ayer soñé despierto… y ¡ay! de aquel que intente dormirme en una poltrona.

Ayer soñé.

Ayer soñé con mi UGT.

Reir o llorar