Vaya! si que hace tiempo que no me pongo a perder la vergüenza y dejar unas líneas en este tablón. A esta incomunicación cibernautica sumarle otra telefónica y tendréis como resultado del sumando un regreso a los 90´ ¡com passa el temps!
Desde principios de año llevo arrastrando problemas con el móvil como un condenado y sin que nadie en Orange me diese una mínima explicación decente (para indecente ya llega con su actitud).
Y cuando digo problemas no me refiero a que no se sintonice bien la radio o los infrarrojos fallen. Ojalá! Pero por desgracia en mi caso cuando intentaba llamar a alguien a lo más que llegaba era a un cruce de líneas que me llevaba a una conversación entre andaluces (bueno, igual eran extremeños, pero estos dos acentos peninsulares nunca los he acabado de discernir). Imaginaos la ridícula situación: yo intentando hablar con alguien del otro lado de la línea un tío que empieza a mosquearse y no para de preguntar “pero tu quien coño eres?!, qué haces con ese teléfono?” mientras una voz de mujer se preguntaba “quien esta ahí?! Que pasa?”, balbuceando no alcanzaba más que a decir “perdonen creo que hay un cruce de líneas”; explicación que no parecía convencer al interlocutor masculino que seguía cuestionando “con quién estas? quien es ese?”. Llegados a este punto directamente corté no sin sentirme responsable de una crisis de pareja (y es que los rojos nos estamos cargando la familia!!!, somos terribles).
Harto de esta locura no me quedó más remedio que afrontar la situación más frustrante, inútil y exasperante que puede sufrirse hoy en día (si exceptuamos hacer cola en una administración y que te toque el turno del café cuando sale tu número): LLAMÉ AL NÚMERO DE ATENCIÓN AL CLIENTE.
Sí, tras tomarme una tila y realizar ejercicios de meditación durante unos minutos pude atesorar paciencia suficiente para esta dura misión.
Primera llamada: tras un par de minutos hablando a un contestador mediante comandos de voz me atiende una teleoperadora (argentina) que llega a la conclusión de que no me han bloqueado las llamadas por impago (gracias!, eso ya lo sabia) y me invita a probar la tarjeta en otro teléfono porque lo único que se le ocurre es que mi altavoz esté estropeado. Dando por perdida la discusión (debería haberme tomado 2 tilas) acepto que el altavoz se estropea solo cuando llamo yo y no cuando me llaman e intento cambiar de terminal.
Tras un par de días funcionando el segundo teléfono vuelve a fallar y de nuevo me cuelo en conversaciones sureñas: “perdonen creo que la líneas se han cruzado” “pero quien coño es ese otra vez?!!!” “joder, yo que se, yo estaba hablando contigo” (la he vuelto a liar).
Dejo las tilas me meto una cerveza de un trago y ataco de nuevo.
Segunda llamada: “miré hace unos días hable con una compañera suya por un problema con mi teléfono. Para abreviar pasos mi número es tal, mi nombre cual y el DNI pan y SÍ ya he cambiado de teléfono y no funciona.”
Contestación de la teleoperadora (argentina de nuevo): “ha probado a cambiar de teléfono”
Vale, asumo que solo llevo 2 clases de catalán y en esta lengua no se me entiende nada bien, pero cojones, que parte del “SÍ, ya he cambiado de teléfono y no funciona” resulta incompresible????
Antes de contestar respiro profundo y le respondo que sí, he probado y no funciona.
Teleoperadora: “bien, voy a comprobar que no tenga la línea bloqueada por impago”…
“Nooo, aguarde, eso ya me lo comprobaron ayeeeeer, no me ponga en espera”… Demasiado tarde, la musiquita de los eggs ya estaba ahí.
Al cabo de unos segundos el ser humano desplaza al hilo musical y me confirma que no tengo la línea bloqueada (gracias eso ya lo sabia, puede darme una solución???)
Teleoperadora: “tiene que ir a una tienda oficial y hacer un duplicado de la tarjeta, porque del teléfono no es (BIEEEEEN, ya los tengo, por fin me dan la razón en algo)…. “¿por qué ya probó a cambiar de terminal no???”
En momentos así doy gracias porque en este país el uso de armas esté restringido porque si tengo un revolver cerca me vacío el tambor en la sien!!!
“Sí, señorita, ya he probado” La tía va y se me pone seria y me contesta “le repito que tiene que dirigirse a una tienda oficial”. Tiene cojones la cosa, aún por encima se me mosquea. “De acuerdo muchas gracias” “que tenga un buen día señor” “gracias, igualmente”.
Parece que la solución esta cercana: me pateo media ciudad para buscar una tiendita oficial y cuando llego a la puerta (19:30, a punto de cerrar los negocios)… había cerrado hacía menos de una semana!!! Vale, no problem! Hemos llegado a la luna, clonado animales, navegado por las profundidades avísales, yo puedo encontrar una tienda orange!
Quince minutos después llego a una mini tienda (os habéis fijados en que las tiendas de móviles llegan a ser en ocasiones tan estrechas que casi hay que entra de lado?). Dentro, la dependienta, una rubia de ojazos azules, intenta hacer entender a una señora de unos cuarenta y tantos que si en la factura aparece que ha usado internet es porque ella o alguien de su familia lo habrá utilizado para bajarse canciones o imágenes (detrás de la mujer había una adolescente que no decía ni pío, cada cual que ate cabos).
Cuando consigue librarse de ella son casi las 8. Me niego a joderle el horario de cierre a un currante y menos a una niña con esa carita de vicio angelical: “mira, si te viene mal, vengo mañana y así cierras en paz”. “No tranquilo, dime, pero si no te importa me acabo esta manzana que lleva aquí desde las 6 y aún no me la he acabado” y le mete un muerdo a la frutita.
Solo podía pensar: Adán, te comprendo tío, yo también me habría comido la manzana y mandado a la mierda el edén.
Pero no era el momento, me centro en mi móvil y conseguimos duplicar la tarjetita. Pasan las horas, intento activarla….. y como no, sigue fallando y de paso toda mi agenda desaparece porque estaba grabada en la SIM.
Estiro el cuello (derecha, izquierda, giro), y me concentro tanto que creo que podría llegar a mover objetos solo con mi mente. Todo listo.
Tercera llamada (y última): “miré llevo unos días hablando con unas compañeras suyas por un problema con mi teléfono. Para abreviar pasos mi número es tal, mi nombre cual y el DNI pan y SÍ ya he cambiado de teléfono y no funciona y tampoco me va bien el duplicado de tarjeta SIM”
Teleoperadora (española): “ha probado a cambiar el teléfono y no le funciona ¿verdad?”
….. Sí (suspiro)
Teleoperadora: “y ha probado a duplicar la tarjeta y tampoco le funciona ¿verdad?”
Os juro que llegue a pensar que era una broma telefónica estilo Buenafuente porque esto ya no era normal. O estas tías eran unas auténticas hijas de p… que se divertían puteando al personal o pensaban que yo era gilipollas.
Lo mejor, el siguiente paso de la teleoperadora: “ bien, espere mientras compruebo que no tiene bloqueada su línea por impago” NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, no me ponga en espera, eso ya lo han hecho tres veces esta semana….
De nuevo, fue demasiado tarde, la musiquita de orange había vuelto y cada nota acentuaba mi mala hostia. Por si fuera poco cada minuto en espera la tía volvía para decirme “no cuelgue estamos realizando gestiones para comprobar el estado de su línea” “oiga, no me deje en…..” -musikita-
Me tiré así unos 3 o 4 minutos pero al final retomamos el contacto humano (lo había logrado, no había colgado!!). Conclusión: “mire su línea no esta bloqueada” “gracias señorita, eso, ya lo sabía”.
Pensaba que ya nada podía ir a peor pero entonces ella me dice algo que a día de hoy (más calmado) me parece digno de Groucho Marx, de hecho estoy por escribirlo en mi epitafio: “bueno, entonces su teléfono y su red funcionan correctamente, solo que no puede llamar”
Señores pensemos: COMO COJONES PUEDE FUNCIONAR BIEN UN TELÉFONO SI NO SE PUEDE USAR PARA LLAMAR!!!!!!!!!!! Joder, la gente lo usa como sujetapapeles o que??!!! Coño si no puedo llamar será que algo no funciona!!
Solo atisbo a decir: “perdone, me esta tomando usted el pelo, Para que quiero un contrato de telefonía sino puedo llamar???”
“Perdone pero desde aquí no podemos ayudarle. Seguramente le habrán hecho mal el duplicado, tendrá que volver a la tienda a que se lo arreglen. Si podemos atenderle en algo más”
Vale, aun por encima la tía me estaba colgando finamente. “No, muchas gracias, mañana la volveré a llamar”.
Algo tan surrealista no podía finalizar sino de esta manera: todo el día el teléfono sin funcionar así que me dirijo a ver a la rubia. De camino, a escasos metros se me ocurre probar a ver que sucede y hago una llamada….. Increíble pero cierto, había vuelto a funcionar solo (al menos lleva funcionando unas 8 horas, que mañana siga haciéndolo ya es harina de otro costal).
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada