Al margen de algunos párrafos discutibles y cuestionables (especialmente los que hacen referencia a "flexibilizar la contratración"), si tuviese que resumir la ponencia del 37 congreso lo haría bajo la idea de Futuro.
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A lo largo de sus 57 folios muchos son los temas tratados (medio ambiente, retos energéticos, globalización, economía, multipolaridad de la política internacional...) pero de entre todos los párrafos hay uno que quiero destacar y del que haceros partícipes:
Los socialistas no queremos un modelo inspirado en ningún despotismo ilustrado, en políticos profesionales o supuestos expertos que actúan de espaldas a los ciudadanos, que practican el arbitrismo o la ingeniería social de laboratorio. No nos resignamos, no vamos a asumir como inevitable el divorcio entre actores políticos y ciudadanos.
Queremos involucrar a las personas en los asuntos públicos, que nos acompañen, que se impliquen y movilicen, que no se limiten a ser espectadores pasivos, destinatarios de las decisiones. Aunque eso se traduzca en un mayor nivel de exigencia, de control. No queremos ni podemos llevar adelante nuestro proyecto de modernización y cohesión solos, tenemos que buscar la complicidad de la gente y acompasar las medidas a adoptar al ritmo que nos marca la propia sociedad.
Y tenemos que explicar muy bien lo que hacemos, por qué y para qué lo hacemos. Se trata de rescatar, pese a las dificultades objetivas, el ideal de participación, que forma parte de la democracia en su dimensión prescriptiva.
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Aquellos que me conoceis de verdad, los que habeis podido derribar los muros que me rodean y charlar largos ratos de política, entendereis el porque de seleccionar este párrafo. Simple y llanamente porque resume a la perfección mi ideal de participación social, mi concepto de movilización y lucha desde las bases por alcanzar otro mundo mejor, que es posible, y que es necesario.
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No creo en esas estructuras organizativas donde se dice amén a todo sin saber porque o donde se silencia al que discrepa por miedo a lo que puede decir. La izquierda debe retomar su pluralismo, más allá del movimiento asambleario (creo que hoy en día ampliamente superado), para dotarse de sistemas de trabajo más eficaces y eficientes.
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Por desgracia, muchos son los demagogos que gratuitamente se ponen el manto rojo para dotar de "progresismo" a su incompetencia, para justificar que no hacen nada porque nada se puede hacer. Falso: el mundo puede y debe ser cambiado, y para ello debemos comenzar por modificar aquello que este en nuestras manos. Lo creais o no, una pequeña gota de agua, sumada a millones da lugar a un océano de cambios.
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Por ello es fundamental recuperar la legitimidad de la lucha en la vida pública, y la única forma de lograrlo es consiguiendo una mayor participación de todos/as, asumiendo que muchos serán criticos con lo que hacemos, pero cuantos más seamos opinando y trabajando más fácil será alcanzar mejores y más adecuadas soluciones para los nuevos retos que se nos plantean.
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Explicar el porque de las cosas, su fundamento (guste o no guste), escapando del slogan fácil, de la demagogia de los cantos de sirena; es un trabajo lento y tremendamente insatisfactorio pero a lo largo de los años nos permitirá contar con una colectivo formado y preparado para distinguir la mediocridad de algunos y la verdad en la actuación de otros (ojo, también los errores, que los tendremos).
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Solo así seremos capaces de llevar a cabo los grandes cambios que tenemos en mente, solo desde unos sólidos cimientos se puede levantar el más ambicioso de los rascacielos.
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Por eso necesitamos el apoyo de todos/as. No para lograr más cargos públicos sino para lograr cambios reales.
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Es posible, es necesario, pero sobretodo... es el momento.
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PD: el que quiera leer entrelíneas puede hacerlo y acertará.
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